La terapia online y sus ventajas en la atención psicológica - Gabinete Mentis Psicología en Elche, Alicante

Sylvain Timsit, un conocido escritor y analista, ha detallado diez técnicas de manipulación mediática que los medios y las élites utilizan para influir en la opinión pública. Estas estrategias, aunque varían en su aplicación, tienen un objetivo común: controlar la narrativa y dirigir la atención y el comportamiento de la audiencia de manera sutil y efectiva. Comprender estas técnicas puede ayudar a los individuos a desarrollar un pensamiento crítico y a protegerse de la manipulación.

La estrategia de la distracción

Una de las técnicas más comunes es la distracción. Consiste en desviar la atención del público de temas importantes mediante la inundación de información irrelevante o banal. Esta estrategia impide que la audiencia se concentre en cuestiones significativas, manteniéndola ocupada con temas triviales y sensacionalistas. De este modo, los medios pueden ocultar información crítica y evitar el escrutinio público.

Por ejemplo, en momentos de crisis política o económica, es común que los medios destaquen escándalos de celebridades o eventos deportivos, desviando la atención del público de los problemas reales que requieren atención y debate.

Crear problemas y ofrecer soluciones

Otra técnica efectiva es crear problemas y luego ofrecer soluciones. Esta estrategia implica introducir una situación o problema que provoque una reacción en el público, como miedo o indignación, y luego presentar una solución que beneficie a quienes están en el poder. Este método es conocido como “problema-reacción-solución”.

Un ejemplo clásico es la implementación de políticas de seguridad más estrictas tras un atentado terrorista. Inicialmente, el público reacciona con miedo e inseguridad, lo que facilita la aceptación de medidas que, en circunstancias normales, podrían ser rechazadas por ser invasivas o restrictivas.

Gradualismo

El gradualismo se refiere a la implementación de cambios de manera lenta y progresiva. Esta técnica permite que las modificaciones drásticas sean aceptadas con el tiempo, ya que los cambios pequeños y sucesivos son menos percibidos y, por ende, menos cuestionados.

Esta estrategia se puede observar en políticas económicas que, en lugar de imponer medidas impopulares de manera repentina, las introducen gradualmente para minimizar la resistencia del público. Al dosificar las medidas, las autoridades logran que el público se acostumbre y acepte cambios que, de otra manera, serían inaceptables.

Diferir

Otra técnica es diferir. Esta estrategia consiste en presentar una decisión impopular como “dolorosa pero necesaria”, obteniendo la aceptación pública en el momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno inmediato, ya que el esfuerzo no se siente de inmediato y la gente tiende a creer que las cosas serán mejores en el futuro.

Por ejemplo, anunciar recortes en beneficios sociales o aumentos en impuestos que se implementarán gradualmente en los próximos años. Esto da tiempo para que la población se acostumbre a la idea y la acepte como inevitable.

Infantilizar al público

La técnica de infantilizar al público consiste en utilizar un discurso, argumentos y símbolos que se dirigen al público como si fueran niños pequeños. Al hacerlo, los medios y las élites intentan reducir la capacidad crítica del público, generando una respuesta sumisa y obediente.

Este enfoque se observa en la publicidad y los mensajes políticos que simplifican excesivamente los argumentos, utilizando tonos condescendientes o infantiles, lo que subestima la inteligencia de la audiencia y facilita la aceptación de las ideas presentadas.

Utilizar el aspecto emocional

Apelar a las emociones es otra técnica poderosa de manipulación mediática. Al utilizar argumentos emocionales en lugar de racionales, se puede influir más fácilmente en las decisiones y opiniones del público. Las emociones, como el miedo, la esperanza, la culpa o la compasión, son herramientas efectivas para controlar a la audiencia.

Esta técnica es común en la publicidad y en la política, donde los mensajes emocionales se utilizan para persuadir al público a comprar un producto o apoyar una causa, sin la necesidad de argumentos lógicos sólidos.

Mantener al público en la ignorancia

Mantener al público en la ignorancia es una técnica que se basa en limitar la calidad y cantidad de información disponible. Esto impide que las personas comprendan cómo funciona el sistema, manteniéndolas desinformadas y, por lo tanto, más fáciles de manipular.

La falta de educación y acceso a información veraz y completa crea un entorno donde las personas no pueden tomar decisiones informadas, lo que perpetúa el control y el poder de quienes manejan los medios.

Promover la mediocridad

La promoción de la mediocridad en los sistemas educativos y culturales es una estrategia para mantener a la población en un estado de conformidad y aceptación. Al fomentar la mediocridad, se desalienta el pensamiento crítico y la excelencia, lo que facilita el control y la manipulación de la sociedad.

Este enfoque puede verse en sistemas educativos que no fomentan el pensamiento crítico o en la glorificación de figuras públicas que representan valores superficiales y vacíos, en lugar de promover líderes y modelos a seguir que inspiran verdadera excelencia y esfuerzo.

Reforzar la autoculpabilidad

Reforzar la autoculpabilidad es una técnica que implica hacer creer al individuo que es el único responsable de su desgracia, minimizando la influencia de factores externos. Esto lleva a las personas a sentirse culpables y a adoptar una actitud pasiva, en lugar de cuestionar el sistema o buscar soluciones colectivas.

Por ejemplo, en tiempos de crisis económica, se puede culpar a los individuos por no gestionar bien sus finanzas personales, ignorando las políticas y decisiones económicas que han llevado a la situación actual.

Conocer mejor al público que a sí mismo

La tecnología y las ciencias del comportamiento han permitido a los medios y a las élites conocer al público mejor de lo que las personas se conocen a sí mismas. Al recopilar datos y analizar patrones de comportamiento, se pueden crear estrategias de manipulación altamente efectivas y personalizadas.

Las campañas de marketing y propaganda se diseñan basándose en datos detallados sobre las preferencias, hábitos y vulnerabilidades del público, lo que permite una manipulación más precisa y sutil, adaptada a las características específicas de cada grupo o individuo.

Conclusión

Las técnicas de manipulación mediática descritas por Sylvain Timsit son herramientas poderosas utilizadas para influir en la opinión pública y mantener el control social. Reconocer y entender estas estrategias es esencial para desarrollar un pensamiento crítico y protegerse contra la manipulación. Al estar informados y conscientes de estas técnicas, podemos tomar decisiones más informadas y resistir mejor las influencias externas.

Referencias

  • Chomsky, N., & Herman, E. S. (1988). Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media. Pantheon Books.
  • Timsit, S. (2002). Les 10 Stratégies de Manipulation de Masses. Recuperado de https://www.syti.net/Manipulations.html
  • McCombs, M. (2004). Setting the Agenda: The Mass Media and Public Opinion. Polity Press.