Psicología positiva y su aplicación en la vida cotidiana - Gabinete Mentis Psicología en Elche, Alicante

La psicología positiva, como disciplina, ha capturado la atención de expertos y público en general gracias a su enfoque único sobre el bienestar humano. En lugar de centrarse en tratar enfermedades o deficiencias mentales, la psicología positiva pone el énfasis en fortalecer lo que está bien y en fomentar las cualidades y condiciones que permiten a las personas florecer. En este artículo, exploraremos los fundamentos de esta rama de la psicología, su impacto en la población y cómo sus principios pueden ser aplicados en la vida diaria.

Fundamentos de la Psicología Positiva

La psicología positiva se desarrolló como una respuesta al enfoque tradicional de la psicología, que se centraba principalmente en tratar enfermedades mentales y patologías. Martin Seligman, uno de los fundadores y principales defensores de esta disciplina, argumentó que la psicología debería tener una visión más amplia y centrarse también en las fortalezas y virtudes humanas que contribuyen al florecimiento humano (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000).

Esta disciplina se basa en el estudio de las emociones positivas, las fortalezas personales y las instituciones positivas. La idea es identificar y potenciar esos elementos que permiten a las personas y comunidades prosperar.

Impacto en la población

La incorporación de la psicología positiva en terapias, programas educativos y en el ámbito laboral ha demostrado beneficios significativos para la salud mental y el bienestar general. Se ha observado que las personas que practican técnicas derivadas de la psicología positiva, como la gratitud, la meditación y la identificación de fortalezas personales, tienen niveles más bajos de estrés, una mejor salud mental y una mayor satisfacción con la vida (Lyubomirsky et al., 2005).

Aplicación en la vida cotidiana

La belleza de la psicología positiva radica en su aplicabilidad en la vida diaria. Aquí hay algunas formas de integrar sus principios en la rutina:

  • Gratitud: Establece un hábito diario de reflexionar sobre lo que estás agradecido. Esto puede ser tan simple como anotar tres cosas por las que te sientes agradecido cada día. Esta práctica puede mejorar el bienestar y la satisfacción con la vida.
  • Fortalezas personales: Identifica y utiliza tus fortalezas personales. Al reconocer y capitalizar tus habilidades innatas, puedes mejorar tu autoestima y tu capacidad para enfrentar desafíos.
  • Mindfulness y meditación: Estas prácticas ayudan a centrar tu atención en el presente y han demostrado reducir el estrés y mejorar la salud mental.
  • Relaciones positivas: Fomenta relaciones significativas y positivas. La conexión con otros es una fuente fundamental de bienestar. Tenemos que identificar aquellas personas que nos hacen sentir bien, nos aportan energía, nos motivan a seguir adelante, e intentar alejarnos y poner límites a aquellas que nos aportan todo lo contrario. 
  • Aprender a perdonar: El perdón no se trata solo de hacer un favor a otra persona, sino que es una forma de liberarse del rencor y el resentimiento, emociones que pueden ser dañinas para el bienestar. Pero cuidado, no todo se puede perdonar ni todas las personas merecen nuestro perdón. Intentar perdonar ciertos actos que nos han causado mucho mal, puede ser contraproducente y hundirnos en un gran sentimiento de frustración e impotencia. 
  • Establecer metas: Tener metas y aspiraciones puede proporcionar un sentido de propósito y dirección en la vida.

Conclusión

La psicología positiva ofrece un enfoque fresco y esperanzador sobre el bienestar humano. Al centrarse en las fortalezas y virtudes en lugar de las deficiencias, presenta una perspectiva que puede ser sumamente beneficiosa para la salud mental y el florecimiento humano. Al incorporar sus principios en la vida diaria, es posible mejorar nuestra calidad de vida y alcanzar un estado de bienestar más sostenido.

Es importante tomar con cautela los principios y las bases de la psicología positiva para no caer en la banalización y la culpabilización sobre los problemas de los pacientes. Debemos ser respetuosos con su dolor sin caer en victimismos pero respetando sus límites y su historia vital. 

Referencias

  • Seligman, M. E., & Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive psychology: An introduction. American Psychologist, 55(1), 5-14.
  • Lyubomirsky, S., Sheldon, K. M., & Schkade, D. (2005). Pursuing happiness: The architecture of sustainable change. Review of General Psychology, 9(2), 111-131.
  • Fredrickson, B. L. (2001). The role of positive emotions in positive psychology: The broaden-and-build theory of positive emotions. American Psychologist, 56(3), 218-226.
  • Ryff, C. D., & Singer, B. H. (2008). Know thyself and become what you are: A eudaimonic approach to psychological well-being. Journal of Happiness Studies, 9(1), 13-39.