La terapia online y sus ventajas en la atención psicológica - Gabinete Mentis Psicología en Elche, Alicante

Con el paso del tiempo, las tardes tranquilas pueden convertirse en noches solitarias. Es una realidad que muchos mayores enfrentan: el silencioso eco de la soledad. Para algunas personas, esta soledad es una elección, un respiro del ruido constante. Pero para otros, es una sombra no deseada que aparece en las horas más inesperadas. Así que, ¿cómo desentrañamos este sentimiento y encontramos luz en esos momentos?

El silencio de la edad

Imagina por un momento una vida llena de relaciones, risas, aventuras y, de repente, los días se ralentizan y las voces familiares se vuelven más distantes. Con los años, muchos ancianos ven cómo sus seres queridos y amigos se van, cómo sus rutinas cambian y cómo, en algunos casos, su salud los limita. Todo esto puede resultar en un sentimiento palpable de soledad. La jubilación, la pérdida de cónyuges o amigos cercanos y las limitaciones físicas pueden contribuir a un aislamiento social involuntario, intensificando la sensación de soledad.

Los signos sutiles

La soledad no siempre grita. A veces, murmura en pequeños gestos y cambios. Las personas mayores que sienten soledad pueden retirarse, perder interés en actividades que antes disfrutaban, mostrar signos de depresión o simplemente expresar un deseo constante de conversación y compañía. Los signos sutiles incluyen una disminución en la participación en actividades sociales, un incremento en las quejas físicas sin una causa médica aparente, y una tendencia a hablar más sobre el pasado que sobre el presente o el futuro.

El viaje interno

La soledad puede ser tanto una cuestión de circunstancias como de percepción. Dos personas pueden tener el mismo nivel de interacción social y, sin embargo, una puede sentirse completamente sola mientras que la otra se siente satisfecha. La clave aquí es la conexión emocional. La verdadera conexión, esa chispa que llena los espacios vacíos, no siempre se encuentra en grandes multitudes, sino en interacciones significativas. Esta conexión emocional se basa en relaciones que brindan apoyo, comprensión y un sentido de pertenencia. Para muchas personas mayores, estas relaciones pueden ser más difíciles de mantener debido a las barreras físicas y tecnológicas.

Tendiendo puentes

Si bien no hay una «cura» para la soledad, hay maneras de aliviarla. Una de las estrategias más efectivas es la terapia y el asesoramiento. Hablar con un profesional puede ayudar a las personas mayores a procesar sus sentimientos y a encontrar formas de conectar con otros. La terapia puede ofrecer herramientas para mejorar la comunicación, establecer nuevas relaciones y fortalecer las existentes.

Los grupos de apoyo y las actividades comunitarias también juegan un papel crucial. Unirse a grupos de interés, clubes o realizar actividades comunitarias puede ser una excelente manera de encontrar compañía y propósito. Estas actividades no solo ofrecen la oportunidad de socializar, sino que también proporcionan un sentido de pertenencia y contribución.

Además, los animales de compañía pueden ofrecer amor incondicional y una rutina diaria, aliviando la soledad. Las mascotas pueden reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y fomentar la actividad física. El simple acto de cuidar a una mascota puede proporcionar una estructura y propósito diario.

La tecnología es otra herramienta poderosa para combatir la soledad. Las videollamadas, las redes sociales y otras herramientas tecnológicas pueden ayudar a las personas mayores a mantenerse en contacto con familiares y amigos. Las plataformas digitales pueden ofrecer un medio para mantener relaciones significativas a distancia y proporcionar acceso a comunidades en línea de apoyo y amistad.

Conclusión

La soledad en las personas mayores es un tema profundo y matizado, pero no es insuperable. Con empatía, comprensión y las herramientas adecuadas, podemos ayudar a desentrañar esos hilos invisibles y traer luz a las sombras. Al final del día, todos buscamos conexión. Para las personas mayores, esa conexión puede parecer más esquiva, pero con un poco de esfuerzo y entendimiento, es absolutamente alcanzable. La soledad no tiene que ser el capítulo final; puede ser simplemente un puente hacia un nuevo comienzo.

Referencias

  • Cacioppo, J. T., & Patrick, W. (2008). Soledad: La naturaleza humana y la necesidad de conexión social. WW Norton & Company.

  • Hawkley, L. C., & Cacioppo, J. T. (2010). La soledad importa: un estudio psicológico de la soledad. APA.

  • Peplau, L. A., & Perlman, D. (Eds.). (1982). La soledad: Una fuente de estudio. Wiley.