El impacto psicológico de la pandemia de COVID-19 - Gabinete Mentis Psicología en Elche, Alicante

La aparición del COVID-19 ha traído consigo más que una crisis sanitaria: ha iniciado una profunda reflexión sobre la fragilidad humana y las relaciones de la salud física y mental. A medida que la enfermedad se propagaba y los gobiernos respondían, una crisis secundaria, pero no menos significativa, empezó a manifestarse: la crisis de la salud mental.

Impacto en la población

Desde el anuncio de la pandemia, la cotidianidad de millones cambió. Los encierros, medidas preventivas, noticias alarmantes y la rápida adaptación al teletrabajo o desempleo se convirtieron en factores desencadenantes de estrés. Según Holmes et al. (2020), los síntomas de ansiedad y depresión aumentaron considerablemente.

Los trabajadores de primera línea, como los profesionales de la salud, experimentaron cargas de trabajo extenuantes, exponiéndose a riesgos elevados de estrés y trastornos relacionados. Sin embargo, la sociedad en su conjunto también ha sufrido, con padres gestionando el trabajo desde casa mientras atienden a sus hijos, jóvenes adaptándose a la educación virtual y adultos mayores enfrentando el aislamiento.

Síntomas en las personas afectadas

La crisis ha dejado secuelas psicológicas claras:

  • Ansiedad: La sobrecarga de información, el miedo al contagio y la incertidumbre económica fomentaron un caldo de cultivo para la ansiedad. Las constantes preocupaciones pueden manifestarse en ataques de pánico, hipervigilancia o evitación de situaciones (Rajkumar, 2020).
  • Depresión: Las restricciones de movimiento y la falta de interacción social pueden conducir a sentimientos de aislamiento. Esto, sumado a la pérdida de seres queridos o empleo, puede desencadenar episodios depresivos.
  • Insomnio: Muchas personas reportaron alteraciones en sus patrones de sueño debido al estrés, cambio de rutinas o preocupaciones constantes (Lin et al., 2020).
  • Trauma y estrés postraumático: Algunos, particularmente aquellos expuestos directamente al virus o a la pérdida, han experimentado síntomas de trauma.
  • Problemas relacionales: El contexto de confinamiento puede generar nuevas dinámicas violentas o un incremento en las mismas, en el seno familiar (Montero-Medina et al, 2020).

A pesar de todas las consecuencias negativas que ha podido acarrear la pandemia COVID-19, también cabe destacar que ha sido un período en el que la sociedad ha sabido adaptarse a las circunstancias y desarrollar su capacidad de resiliencia.

Posibles tratamientos psicológicos

La magnitud del impacto mental ha requerido respuestas terapéuticas innovadoras:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta técnica ha sido crucial para tratar síntomas relacionados con la pandemia, ofreciendo herramientas prácticas para modificar patrones de pensamiento y comportamientos desadaptativos y mejorar la gestión emocional.
  • Mindfulness y técnicas de relajación: Estas prácticas han ayudado a las personas a centrarse en el presente y reducir la ansiedad (Creswell, 2017).
  • Grupos de apoyo: Estos espacios han brindado consuelo y comprensión mutua, ayudando a las personas a no sentirse solas en su experiencia.
  • Telepsicología: Esta modalidad ha demostrado ser tan efectiva como la terapia presencial para muchos trastornos (Andersson et al., 2014).
  • Terapias de exposición y procesamiento: Para aquellos con síntomas de trauma, estas terapias han permitido procesar experiencias traumáticas de manera segura.

La importancia del autocuidado

Ante los desafíos de la pandemia, el autocuidado se ha convertido en una herramienta esencial. Mantener rutinas, hacer ejercicio, mantenerse conectado con seres queridos, limitar la exposición a noticias y dedicar tiempo a actividades placenteras han sido recomendaciones habituales para gestionar el estrés y mantener el bienestar.

Reflexiones finales

La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las deficiencias de los servicios públicos de salud mental y la necesidad de abordar activamente el bienestar psicológico.Es fundamental la prevención y la promoción de la salud mental e ir superando prejuicios y tabúes con respecto a la necesidad de acudir a terapia para ayudarnos a superar las dificultades a las que nos enfrentamos en el día a día, porque a veces, no podemos con todo.

Referencias

  • Holmes, E. A., O’Connor, R. C., Perry, V. H., Tracey, I., Wessely, S., Arseneault, L., … & Ford, T. (2020). Multidisciplinary research priorities for the COVID-19 pandemic: a call for action for mental health science. The Lancet Psychiatry.
  • Rajkumar, R. P. (2020). COVID-19 and mental health: A review of the existing literature. Asian journal of psychiatry, 52, 102066.
  • Lin, L. Y., Wang, J., Ou-Yang, X. Y., Miao, Q., Chen, R., Liang, F. X., & Zhang, Y. (2020). The immediate impact of the 2019 novel coronavirus (COVID-19) outbreak on subjective sleep status. Sleep medicine.
  • Creswell, J. D. (2017). Mindfulness interventions. Annual Review of Psychology, 68, 491-516.
  • Andersson, G., Cuijpers, P., Carlbring, P., Riper, H., & Hedman, E. (2014). Guided Internet-based vs. face-to-face cognitive behavior therapy for psychiatric and somatic disorders: a systematic review and meta-analysis. World Psychiatry, 13(3), 288-295.
  • Montero-Medina, D.C, Bolívar-Guayacundo M. O, Aguirre-Encalada L.M, and Moreno-Estupiñán A.M. “Violencia intrafamiliar en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19”, CienciAmérica, vol. 9, no. 2, pp. 261–267, Jun. 2020.