La terapia online y sus ventajas en la atención psicológica - Gabinete Mentis Psicología en Elche, Alicante

La adopción es un proceso complejo que involucra no sólo trámites legales, sino también emociones profundas, expectativas y experiencias que pueden variar ampliamente entre individuos y familias. En este artículo, exploramos el viaje emocional asociado con la adopción, tanto para los padres adoptivos como para los hijos adoptados, y discutiremos las posibles implicaciones psicológicas y los tratamientos disponibles.

El proceso emocional para los padres adoptivos

Para muchos padres, la decisión de adoptar es el resultado de años de reflexión, y puede surgir por múltiples razones, como la infertilidad, la voluntad de ofrecer un hogar a un niño en necesidad o simplemente el deseo de expandir la familia.

La adopción comienza mucho antes de que el niño llegue al hogar. Los padres pasan por un torbellino de emociones: esperanza, ansiedad, emoción y, a veces, miedo (Brodzinsky, 1990). Estas emociones pueden ser abrumadoras y, a menudo, están vinculadas a las expectativas personales y socioculturales sobre la paternidad.

Una vez que el niño se une a la familia, los padres enfrentan el desafío de adaptarse a su nueva realidad. Esto puede incluir la adaptación a las necesidades del niño, el manejo de comportamientos inesperados y la construcción de un vínculo afectivo.

Aunque la adopción puede traer una inmensa alegría, no está exenta de desafíos. Las preguntas sobre cuándo y cómo hablar con el niño sobre su adopción, cómo manejar las reacciones de familiares y amigos, y cómo abordar los temas de identidad y pertenencia pueden surgir a lo largo de los años.

El proceso emocional para el niño adoptado

La experiencia de ser adoptado es única para cada individuo y puede variar según la edad del niño al momento de la adopción, las circunstancias previas y la forma en que se maneja la adopción en el hogar adoptivo.

Incluso en las mejores circunstancias, la adopción implica una pérdida para el niño: la pérdida de sus padres biológicos, y a veces, de su cultura o país de origen (Grotevant & McRoy, 1998). Este sentido de pérdida puede manifestarse en comportamientos de duelo, incluso si el niño fue adoptado como un bebé.

Durante la adolescencia, muchos niños adoptados comienzan a hacer preguntas sobre sus orígenes. Puede surgir un deseo de buscar a sus padres biológicos o de explorar su cultura de origen. Este proceso de búsqueda de identidad es natural, pero puede ser emocionalmente complejo.

Algunos niños adoptados pueden sentirse «diferentes», especialmente si son de una raza o cultura diferente a la de sus padres adoptivos. Lidiar con preguntas insensibles o comentarios de compañeros y adultos puede ser desafiante.

Tratamiento psicológico y apoyo

Dada la complejidad emocional de la adopción, es fundamental que tanto los padres como los hijos tengan acceso a recursos y apoyo. La terapia familiar puede ser beneficiosa para abordar preocupaciones y emociones específicas relacionadas con la adopción (Russett & Sroufe, 2000). Las sesiones individuales también pueden ser útiles, especialmente para niños o adolescentes que luchan con problemas de identidad o pérdida.

Las redes de apoyo, como grupos de apoyo para padres adoptivos o grupos para adolescentes adoptados, pueden ofrecer un espacio seguro para compartir experiencias y buscar consejo.

Conclusión

La adopción es un viaje emocional tanto para padres como para hijos. Aunque está lleno de momentos de amor y alegría, también puede presentar desafíos únicos. Reconocer y abordar estos desafíos desde una perspectiva psicológica es crucial para garantizar el bienestar emocional y la salud mental de todos los involucrados.

Referencias

  • Brodzinsky, D. M. (1990). A stress and coping model of adoption adjustment. Adoption Quarterly, 4(1), 39-58.
  • Grotevant, H. D., & McRoy, R. G. (1998). Openness in adoption: Exploring family connections. Sage.
  • Russett, J. A., & Sroufe, L. A. (2000). Maltreatment and the developing child: Lessons from longitudinal studies. In L. M. Crozier & J. D. Pope (Eds.), Clinical disorders and stressful life events. Guilford Press.