
Las terapias asistidas con animales (TAA) han cobrado relevancia como un enfoque complementario para mejorar la salud mental en diferentes poblaciones. La interacción con animales no solo genera bienestar emocional, sino que también favorece la comunicación, la autoestima y la regulación del estrés.
Estas terapias han demostrado ser especialmente eficaces en niños con trastornos del desarrollo, personas con ansiedad o depresión y adultos mayores en residencias. Pero, ¿qué mecanismos explican estos beneficios y qué dice la ciencia sobre su impacto en la psicología?
El vínculo humano-animal y sus efectos psicológicos
Desde una perspectiva psicológica, el contacto con animales facilita la liberación de oxitocina, una hormona vinculada al apego y la reducción del estrés. Este efecto biológico contribuye a una sensación de seguridad y bienestar, especialmente en personas con dificultades para regular sus emociones.
Además, los animales actúan como facilitadores sociales, promoviendo interacciones y mejorando la autoestima. En contextos terapéuticos, su presencia reduce la resistencia al tratamiento y motiva a los pacientes a participar activamente en la terapia.
Beneficios de las TAA en diferentes grupos poblacionales
Uno de los ámbitos donde estas terapias han mostrado mayor efectividad es en niños con autismo y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). La interacción con perros y caballos mejora la atención, la regulación emocional y la capacidad de respuesta social, favoreciendo un desarrollo más equilibrado.
En el caso de personas con ansiedad y depresión, las TAA han demostrado ser una estrategia eficaz para reducir los síntomas y fomentar el bienestar. La compañía de un animal proporciona una sensación de estabilidad emocional y disminuye la sensación de soledad, lo que resulta especialmente útil en entornos hospitalarios y de salud mental.
Aplicación de las terapias asistidas con animales en la rehabilitación
Las TAA también han sido utilizadas en procesos de rehabilitación física y psicológica. En pacientes con movilidad reducida, la equinoterapia ha mostrado mejoras en la coordinación motora y en la confianza personal. De igual manera, las terapias con perros han sido implementadas en programas de rehabilitación para víctimas de trauma, ayudando a regular el estrés postraumático y mejorar la calidad de vida.
En adultos mayores, la presencia de animales en residencias geriátricas ha demostrado ser beneficiosa para reducir la depresión y mejorar la socialización. El simple acto de cuidar y acariciar a un animal puede generar un impacto positivo en la estabilidad emocional y la motivación diaria.
Consideraciones éticas y limitaciones
A pesar de sus múltiples beneficios, las TAA requieren una correcta implementación para garantizar tanto el bienestar de los pacientes como el de los animales. Es fundamental que los animales estén bien entrenados y se respeten sus necesidades, evitando situaciones de estrés o sobreexposición.
Asimismo, estas terapias no deben sustituir tratamientos psicológicos convencionales, sino complementarlos. Su eficacia varía según la persona y las condiciones del entorno, por lo que es clave contar con profesionales especializados en su aplicación.
Conclusión
Las terapias asistidas con animales han demostrado ser una herramienta valiosa en el tratamiento de diversos trastornos psicológicos y en la promoción del bienestar emocional. Su impacto positivo en la reducción del estrés, la mejora de la autoestima y el fortalecimiento de habilidades sociales las convierte en una opción terapéutica en crecimiento.
A medida que la investigación continúa avanzando, es probable que las TAA se integren aún más en los programas de salud mental, ofreciendo nuevas formas de intervención para mejorar la calidad de vida de muchas personas.
Referencias
- O’Haire, M. E. (2020). Animal-assisted intervention for autism spectrum disorder: A systematic literature review. Journal of Autism and Developmental Disorders, 50(6), 1707-1722.
- Beetz, A., Uvnäs-Moberg, K., Julius, H., & Kotrschal, K. (2012). Psychosocial and psychophysiological effects of human-animal interactions: The possible role of oxytocin. Frontiers in Psychology, 3, 234.